domingo, 7 de febrero de 2016

Nueva técnica decorativa para jabón

No me cansaré de decirlo, esto del jaboneo está hecho para mí. No podéis ni imaginar la satisfacción que me produce cortar un jabón y descubrir las sorpresas que encierra. Reconozco que alguna vez me he llevado un chasco, no siempre salen como tú te lo habías imaginado, pero os aseguro que son las menos veces. Es mucho más frecuente que te espere un auténtico regalo al cortarlo y ¡qué alegría tan grande da!

Desde que empezó el año, he hecho varios jabones que me tienen muy contenta, pero el que se lleva la palma es el que corté ayer mismo. Cuando pensé el tipo de decoración que quería, pretendía copiar uno que recordaba haber visto por algún sitio. Cualquier parecido con el original es pura coincidencia. Sólo vi una foto del jabón, por lo que tuve que imaginarme cómo podría estar hecho. Tras ver el resultado, es evidente que no di pie con bola. Pero eso es lo más asombroso, la mayor parte de las veces, hagas lo que hagas, sale bien.


Ahora tengo que confesar que el título de la entrada es una exageración, evidentemente yo no he inventado nada, pero creo que al menos puedo decir que tengo mi propio estilo a la hora de decorar jabones. Estilo al que yo denomino "a la remanguillé". Una especie de aquí te pillo aquí te mato del jabón, vamos que lo hago según me viene en gana, sin orden ni concierto, por eso me sorprende tanto que queden así.


Voy a explicar la técnica con detalle por si hay algún jabonero tan anárquico como yo al que le pueda servir. Se colorea una pequeña parte de jabón con tres azules diferentes y el resto con blanco. Se vierte en el molde todo el jabón blanco; los azules, que tendremos en jarras, se van tirando a lo largo del molde desde diferentes alturas y de manera alterna, con la intención de que queden a su vez en diferentes alturas en el jabón. Si tiramos el jabón desde más alto, caerá más profundamente que si lo tiramos desde más cerca, que quedará más cerca de la superficie. Una vez que hemos terminado de echar los colores, metemos la percha y le damos unos cuantos meneos de la manera menos ortodoxa que se os ocurra ;). Para terminar, firuleamos por encima al gusto. Bueno, pues después de este sin sentido, queda un jabón así de bonito.

Espero que os haya gustado y que, si os animáis a poner en práctica "mi técnica", me contéis los resultados :).